El resultado electoral del domingo ha marcado un punto de inflexión dentro de la estructura del Frente de Todos. Las secuelas de la interna oficialista se tradujeron en una pérdida sensible de votos en el interior, una situación que ha puesto a Juntos por el Cambio a dos puntos de los sufragios obtenidos por el peronismo. Esta misma semana que termina, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo hablaron permanentemente acerca de lo que harán con la gestión para que lo que pasó el domingo en las urnas no se repita en 2023 y para apuntalar las acciones de Gobierno en los dos años que quedan hasta el nuevo turno electoral.
El jefe de Gabinete de la Nación y gobernador en uso de licencia le ha pedido al vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo que le ponga su impronta a la administración de Gobierno, sin pensar en que regresará al cargo en el corto plazo. Manzur se siente cómodo en la Casa Rosada, más allá de las pujas de poder entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo dice entre líneas cuando afirma que seguirá en la Jefatura de Gabinete en la medida que se lo considere útil para la recuperación de la imagen del Gobierno y la reconstrucción del poder presidencial. Por eso Jaldo tiene piedra libre para tomar decisiones. Ese proceso, en cierta medida, ya arrancó cuando decidió, previo acuerdo con Manzur, que Claudio Maley dejaría el cargo a Eugenio Agüero Gamboa en el Ministerio de Seguridad. Al nuevo funcionario, Jaldo le pidió tener mayor sensibilidad y estar más cerca de las víctimas del delito. En ese contexto, el vicegobernador observó, como una buena señal institucional, la destitución del juez penal Juan Francisco Pisa, por su desempeño en una de las causas previas al femicidio de la docente Paola Tacacho.
El miércoles, el tranqueño le solicitó a su gabinete una mayor ejecutividad en la gestión de obras públicas para que esas iniciativas se concreten, en gran medida, antes del cierre del año. El jueves por la noche fue el turno de los intendentes peronistas que, en casa del taficeño Javier Noguera, escucharon al gobernador interino decir que no “no hay más manzurismo ni jaldismo, sino peronismo”. “Tenemos una responsabilidad institucional y política, con el acompañamiento mayoritario de la Legislatura y en el marco de un Gobierno nacional, en el que Manzur es el eje, que puede contribuir a mejorar la situación de la provincia y a ejecutar más obras”, arengó.
En una charla con LA GACETA, Jaldo reafirmó que cada uno de los funcionarios, con él a la cabeza, “debemos asumir la responsabilidad de gobernar, llevándole resultados concretos a la gente”. “El no, no existe. Todos deben ir para adelante. Hay que mostrar más acciones de Gobierno a la sociedad”, agregó. El vice expresó que no le puso plazo a los ministros; prefiere hablar de una oportunidad para demostrar que se puede imprimirle un mayor ritmo a la gestión, sin estar pensando -permanentemente- si Juan Manzur regresa o no al cargo. Admitió que, si bien después de seis años de gestión, algunos pueden sentirse cansados, señaló que no hay argumentos para recuperar la iniciativa para modificar la situación socioeconómica de Tucumán. “Las exigencias empiezan por casa. Llego a la oficina a las 7 y, durante todo el día, me pongo a disposición de mis colaboradores para que acerquen ideas y, así, coordinar la agenda de gestión”, afirmó.
Las cinco claves para el corto plazo
1- La obra pública, según Jaldo, es esencial para bajar los índices de desempleo y de pobreza en Tucumán. Quiere que se aceleren los planes de viviendas.
2- El Gobierno ha elaborado un cronograma de pagos a estatales, con una inyección de $ 25.000 millones, hasta el 7 de enero, que revitalizará la economía.
3- El vicegobernador se reunirá con el presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, y con el bloque oficialista para coordinar una última sesión.
4- Jaldo intentará que, antes de fines de año, la Cámara sancione el Presupuesto 2022, que prevé un gasto total por unos $ 353.000 millones.
5- La Casa de Gobierno también procurará que la Legislatura prorrogue las leyes de emergencia, con el fin de darle un paraguas jurídico al Estado provincial.